El comercio electrónico está revolucionando la manera de comprar en la sociedad. Resulta muy cómodo poder comprar cualquier cosa desde casa, no se gasta tiempo en atascos, colas interminables… Aparentemente todo son ventajas, pero no nos tenemos que olvidar que existe una barrera virtual entre el vendedor y el comprador que tenemos que lograr romper completamente. Existen numerosas herramientas y servicios que logran hacer dicha barrera cada vez más y más pequeña, pues bien, la fotografía es uno de ellos.
Si analizamos el comportamiento habitual de un comprador en una tienda física es: entrar en la tienda, mirar los diferentes productos, coger con las manos el que le gusta, mirarlo más detenidamente, por un lado, por el otro, probárselo en caso de que sea una prenda, y luego, si le gusta, comprarlo.
El comportamiento del mismo comprador en una tienda online es casi idéntico, y digo casi porque la forma en la que se le muestran los productos virtualmente no está del todo pulida, aún.
Tenemos que entender, que las filas y filas de fotos que muestran los diferentes productos en una tienda online, son un primer escaparate para el posible cliente que entra a la web. A primera vista agradecerá que todas las imágenes tengan una continuidad unas con las otras, que todas estén silueteadas, con fondo blanco, o que estén tomadas desde un mismo ángulo, con una misma luz.… Cuidando este primer escaparate de la tienda estamos invitando al visitante a seguir navegando por ella. Bien, ya hemos logrado que el cliente se dé una vuelta por la tienda.
Ahora llega el momento de fijarse en un producto en particular. Como no lo puede coger con sus propias manos y mirarlo detenidamente, debemos poder proporcionarle una experiencia satisfactoria. ¿Cómo?. A través de unas fotografías bien hechas y con calidad, para que las pueda ampliar. Es necesario darle la posibilidad de que vea, por ejemplo, de qué textura es el bolso que está mirando, si las costuras están cosidas a máquina o a mano… o cualquier otro detalle relevante para la toma de decisión. Por lo que se debería tener habilitada la web para que la foto se pueda ampliar por zonas de forma muy cómoda.
Además de este detalle, el comprador querrá ver cómo es la parte de atrás del producto. Debemos poder ofrecerle unas fotos adicionales del mismo desde varios puntos de vista. Tal vez una vista desde delante o una de la parte de atrás, del lateral. ¿O tal vez mejor una vista de 360º? De esta forma ya no cabría ninguna duda de cómo es el producto desde todos sus ángulos.
Tenemos que entender la fotografía como un medio que aporta información muy valiosa para la decisión de compra. Y la información como un beneficio directo para la tienda, ya que va a reducir el número de devoluciones y va aumentar el número de ventas. Las fotografías funcionarán como un reflejo de la seriedad, del compromiso y de la profesionalidad con los que se podrá caracterizar la empresa.