En el artículo de hoy volveremos a hablar acerca de un tema en boca de muchos CIOs, o responsables de transformación digital de grandes empresas, y es el comercio sin cabeza, o más conocido por su denominación en inglés «headless commerce«.
El mundo del comercio está cambiando notablemente, hoy día puedes ir conduciendo y el ordenardor de tu coche puede localizarte un parking con sitios disponibles, cuando aparcas, los gastos pueden deducirse directamente de la tarjeta de crédito; una vez has aparcado puedes comprar un ramo de flores para tu pareja desde el asistente por voz de tu smartwatch y posteriormente adquirir un libro para tu próxima lectura desde tu tablet. Este es sólo un escenario de los millones posibles, simplemente queremos poner de manifiesto que nuevos puntos de contacto con el cliente están apareciendo y se espera un notable crecimiento de los mismos en los años venideros.
Este escenario comentado presenta una serie de desafíos para las marcas y distribuidores. Si no son capaces de ser accesibles a través de todos estos puntos de contacto, sólo podrán existir para aquellos consumidores que usan unos dispositivos específicos. En otras palabras,
hacia donde las empresas deberían evolucionar es hacia una experiencia consistente a través de todos los puntos de contacto, y que ponga al cliente en el centro de la interacción.
Pero para conseguirlo, se ha de tener la correcta estrategia, las herramientas adecuadas y como en todo, un buen equipo.
Desde el punto de vista de la tecnología, (que es en el que nosotros, Sugerendo, como empresa, podemos aportar valor y experiencia) cada uno de estos puntos de contacto con el cliente necesita estar soportado por una pila de tecnologías, y es aquí donde todo puede volverse un lío si no se hace adecuadamente. Por ejemplo, si un mismo producto se ofrece con un mismo descuento a través de la app, las pantallas digitales en la tienda o el dispositivo Alexa, todos los sistemas deberán estar integrados y alineados con esta experiencia.
Aquí, las marcas y distribuidores han tenido tradicionalmente dos opciones:
Ambas opciones presentan una serie de inconvenientes, puesto que por un lado, extender la funcionalidad del software existente suele suponer un elevado trabajo en desarrollo, testeos y documentacion y, por otro lado nuevos productos de software introducen complejidad y riesgos en el mapa de sistemas de la empresa.
Y ahí es donde entra el «headless commerce» y sus beneficios. Pero antes de entrar en ellos, vamos a hacer una pequeña introducción a lo que llaman «la cabeza», que no es ni más ni menos que el front-end. Dicho de otra manera, se trata de la capa de presentación de una aplicación. En comercio electrónico, es la interfaz de usuario UI con la que los clientes interactuan.
Aunque el término «front-end» implica una interfaz gráfica de usuario que se muestra en algún tipo de pantalla, la interacción no se limita sólo a esas situaciones. A continuación unos pocos ejemplos de «cabezas» con las que los clientes interactuan hoy día:
Es importante distinguir el front-end del back-end. Para los que esto les resulte un concepto nuevo, simplemente comentar que el back-end es la capa operacional que contiene toda la lógica de negocio. En el enfoque «headless», estas funciones están completamente separadas de la interacción en el frontend. Sin embargo, a pesar de necesitar una clara separación entre ambos bloques, lo cierto es que se necesita que intercambien información entre ellos de forma casi constante. Es aquí donde entra el concepto de las APIs (Application Programming Interface). Se trata de una capa que conecta el back y el front y se asegura de que ambas reciben la información que necesitan.
Una vez hecha esta introducción, vamos a entrar de lleno con los beneficios del «headless commerce».
Con una solución headless tipo CommerceTools, se es independiente de un software monolítico con una arquitectura pre-definida. No es necesario amoldarse a las reglas de ese software ni formar al equipo al respecto, sino que se puede construir el interfaz partiendo directamente de cero.
Se pueden crear experimentos independientes sin riesgo de afectar al sistema completo, en lugar del enfoque tradicional en el que si modificas el código de la solución monolítica, tienes que compilar de nuevo el sistema completo, back y front, y hacer lo mismo con el despliegue.
Gracias a los dos puntos anteriores, se pueden implementar nuevos puntos de contacto con el cliente de una forma más rápida, en lugar de tener que implantar un nuevo software o extender el existente. Dado que front y back están desacoplados, se pueden hacer cambios en UI sin testear de nuevo la lógica en el back-end.
Los costes operacionales deberían ser menores. Incluso si el front recibe mucho tráfico, esto no afecta al back-end dado que no están acoplados.
Bajo este enfoque, existe un único sistema de backend que se comunica con diferentes frontends a través de la API. El hecho de desarrollar nuevos puntos de contacto no aumentará la complejidad de la arquitectura de sistemas de la empresa en la medida que lo haría el implantar un nuevo producto de software e integrarlo con los legados.
En resumen, una estrategia headless consistente en desacoplar el front-end del back-end y comunicarlos a través de APIs puede ser de gran utilidad para marcas y distribuidores ante los desafíos que suponen la adopción masiva de nuevos y diferentes puntos de contacto con el cliente.
Y lo que te decimos siempre, si quieres que te ayudemos con tu estrategia e-commerce, no dudes en contactarnos.
Fuente: Benefits of headless commerce, how businesses can drive innovation and increase agility by decoupling their applications. CommerceTools
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